MEGALODÓN

Numerosas expediciones han invertido mucho de su tiempo y trabajo en buscar algún ejemplar de este tiburón gigante.
Esta fotografía la hice en el verano del dos mil cinco durante mi estancia en California.
Nunca pensé que en un día de pesca tranquila pudiese encontrarme con este grandioso rey de los océanos.
Los estudios indican que en la época del jurásico y del cretáceo los animales llegaban a tener gigantescas envergaduras gracias a las grandes cantidades de oxígeno que había en el planeta. La tierra era verde y evidentemente, bajo el mar todo era igual. El océano Pacífico se caracterizaba por sus kilómetros y kilómetros de espesura de algas de todo tipo. Esto generaba grandes cantidades de oxígeno y posiblemente sea la causa por la que el megalodón aún campe a sus anchas por ese gigantesco océano. Quién sabe qué otras especies lo acompañarán.
Mi sobrino Paul no salía de su asombro al pescar a este monstruo del mar. Tuvimos que volver a la costa rápidamente. Nos daba mala espina navegar por encima de aquel gigante. Nunca mejor dicho.